Nadie tiene tu motivación, pero tenemos a tu motivador.
En el post de ayer hablábamos de la importancia de empezar y si para hacerlo necesitas motivación, sigue leyendo, te vamos a presentamos a tu motivador:
Tú eres tu motivador
Ante rendimientos decrecientes, resultados pobres, desgano y falta de esfuerzo es común escuchar de boca de muchos la coletilla: “Es que en mi jefe/empresa/profesor no me motiva”. La culpa, y por tanto la responsabilidad, recae en el otro. Si no tengo motivación es por que otros no me saben motivar.
Y cómo no, surgen los llamados o auto llamados motivadores, para que nos den aquello a lo que creemos tener derecho: nuestra motivación.
Es imposible que lo hagan…. Cuánto mucho podrán ayudar a despertar los recursos de una persona para motivarse o inspirarla en algún sentido. Pero según la ciencia, la verdadera motivación (aquella que se convierte en el combustible de nuestro hacer, nada tiene que ver con un pico de emoción por una historia que nos toca) es más bien auto-motivación.
Por otra parte, poco ayuda en comprender la esencia de la motivación y cómo conseguirla la tradición en la gestión de las personas, que impone la creencia de que la motivación es algo externo, extrínseco. Si me motivan, estoy motivado. Y más aún, el uso generalizado del palo o la zanahoria como métodos eficaces para motivar. Cuando consiguen todo lo contrario: el cumplimiento por miedo o por mera ambición material (que además crea una conducta adictiva: hago porque me dan, si no me dan….veremos).Pueden conseguir el cumplimiento, pero nunca el compromiso de la persona. Y el compromiso de la persona, en un mundo donde cada vez es más necesario el talento, es lo único que hará que la persona ponga todo en año que hace: manos, corazón y cabeza.
La zanahoria y el palo, se basan en la ley de Estímulo-Respuesta. La ley animal por excelencia. Pero somos humanos…
La verdadera motivación es intrínseca.
Y como dice Daniel Pink en su brillante libro Drive, el secreto para conseguir rendimientos excelentes y un alto grado de satisfacción está en la profunda y natural necesidad que tiene el hombre de ser artífice de su destino, de aprender y crear nuevas cosas, de sentir que lo que hace contribuye a su desarrollo personal pero también a mejorar el mundo.
En las últimas décadas se han realizado numerosos estudios científicos sobre qué motiva a los humanos. Deci, Csikenszentmihalyi, Mac Gregor aportan valiosos datos y conclusiones. A partir de ellos, Pink señala tres elementos necesarios para conseguir la verdadera motivación: la intrínseca.
La que surge del interior, la que no consiguen ni el palo ni la zanahoria. Autonomía, maestría y significado o propósito. Las empresas, colegios y padres que creen un ambiente en el que se potencien estos tres elementos serán lo que consigan empleados, alumnos e hijos motivados. Sin palo, sin zanahoria. Los otros crean un “ambiente” pero el actor soy yo, mi motivación depende de mi. De mi capacidad para decidir, elegir, esforzarme, buscar desafíos, desarrollarme. Buscar y encontrar el sentido propósito de lo que hago. Porque en definitiva, la motivación personal, es personal. No a todos nos motiva lo mismo. Con lo que el primer paso es descubrir, qué mueve específicamente a la persona que necesita motivación. Parece fácil, no lo es. No estamos acostumbrados a preguntarnos por qué hacemos algo, qué valor nos aporta eso que elegimos hacer. Muchas veces esa sola reflexión ayuda a avanzar en entusiasmo y compromiso con lo que hacemos. Encontrar el porqué escondido detrás del qué y del cómo.
El primer paso hacia la motivación: elegir conscientemente
Esta reflexión exige reconocer una premisa anterior, una verdad que muy pocos quieren ver: elegimos TODO lo que hacemos. Incluso cuando no elegimos y dejamos que nos impongan, elegimos no elegir. Si soy consciente de que elijo en un primer paso, soy consciente de por qué elijo en el segundo. Por valores, oportunidad, miedo, amor, conveniencia. Y si los motivos o razones por los que elijo están alineados con la persona que quiero ser, con el papel que quiero tener, la motivación se despierta y empieza a elevar el alma. El trabajo, la tarea se preñan de sentido, de significado. Y la significación, tiene el enorme poder de movernos con energía y alegría por encima de todo obstáculo.
Esa es la motivación que vale, intrínseca, personal y sostenible en el largo plazo. No hay milagros. Hay personas que necesitan un espacio y un tiempo para reconectar con sus pasión y valores. “Si sabes el por qué, ya encontrarás el cómo”